domingo, septiembre 16, 2007

La estrella y el príncipe



"Quiero que mi vida sea de esas que se inmortalizan en un libro”. De esas que se cuenta entre cuentos y leyendas, cuentos que los niños crean fantasías, un cuento que nunca se olvide. Ese era su sueño ese era su fin en la vida por eso deja te cuento su historia…



En un lejano reino, un príncipe cuyo don era la magia. Su misión como príncipe era transformar la vida de sus súbditos, creando con su magia, abundancia, alegría y felicidad en su reino.

Pero vivía aislado en un torreón del castillo, y desde allí, aunque veía a su pueblo lleno de tristeza, era incapaz de salir de la fortaleza y usar su magia.

Una noche, cuando más triste estaba pensando cómo podría utilizar su Don para ayudar a ser más feliz a su pueblo, se asomó a la ventana del torreón y vió a lo lejos una luz que brillaba en la oscuridad. Tanto brillaba, que el príncipe, curioso por naturaleza, le preguntó quien era, porqué estaba allí y qué estaba haciendo. La luz le contestó que era una estrella que se había desprendido del firmamento porque le habían encomendado una misión muy importante: alumbrar el camino de todos los que se dirigieran al castillo.

Ella al saber su destino preguntó:

-¿Qué debo hacer?

Y la respuesta que recibió fue:

-Nada, sólo has de estar ahí, solo tienes que brillar.

La estrella quería hacer muy bien su trabajo y le parecía que no era suficiente solo con brillar.

Así que cuando conoció al príncipe y unió su luz con la magia de él, empezaron a brotar fuegos artificiales. Eran tan bellos, tan llenos de color que los dos se extasiaron en la contemplación de aquello que, al unir sus respectivos dones, eran capaces de manifestar.

El príncipe creyó que por fin había encontrado lo que le faltaba para poder utilizar su Don y salir de la fortaleza.

La Estrella creyó que por fin su Luz tomaría forma.

Los dos se sintieron felices creyendo que finalmente se cumplirían sus sueños.

Pero…¡ay! extasiados como estaban en su propia contemplación, se olvidaron de la misión que individualmente tenían cada uno de ellos…

El príncipe se olvidó de su pueblo y la estrella fue perdiendo su luz:

Los caminantes a quienes tenía que alumbrar para encontrar el camino hacia el castillo, tropezaron unos con otros en la oscuridad.

No obstante el príncipe seguía pidiendo luz para ver su magia, pero la estrella agotada no podía darle más.

Entonces, otras estrellas del firmamento la llamaron y le pidieron que volviera a ocupar su sitio. Estaba perdiendo luz y no podía hacer bien su trabajo.

Ella no quería dejar al príncipe, ahora que éste había empezado a utilizar su Don…pero no podía ser, la obligaron a volver a su lugar en el cielo y ella, obediente y con el corazón roto, volvió a ocupar su hueco.

El príncipe, al encontrarse de nuevo en la oscuridad, se sintió muy triste, volvió a su torreón, odió a la estrella que un día le hizo descubrir su magia y la maldijo por dejarle en el más oscuro de los pozos.

Ahora era mucho peor porque sabía que podía utilizar su Don, pero sin la estrella, no sabía cómo hacerlo.

Empezó a buscar satélites, cometas, empezó a querer salir de la oscuridad, buscó de nuevo la luz fuera…pero no la encontraba.

Hasta que un buen día decidió asomarse de nuevo a la ventana de la torre.

Esta vez su mirada se dirigió hacia arriba, hacia el firmamento y…

¡oh sorpresa! Sus ojos se encontraron con los de su estrella que le sonreían con complicidad. Ella siempre estuvo ahí, pero él no quería mirarla.

Él le pidió que le explicara por qué se había marchado. Ella le contestó que en realidad nunca se fue, siempre estuvo a su lado.

Sorprendido, el príncipe le preguntó a la estrella por qué no la había visto hasta ahora.

Ella le contestó:

-Mira dentro de ti.

El príncipe agachó la cabeza enfocando la mirada al centro de su pecho, en el corazón.

¡Allí estaba ella, allí estaba la luz que creyó perdida!

Todo su ser se iluminó. Un rayo de luz salió de su corazón y se unió al de la estrella. Y ocurrió algo maravilloso: el príncipe ascendió por el rayo de luz al mismo tiempo que la estrella descendía de nuevo. En mitad del camino se encontraron sus corazones…entonces de nuevo empezaron a explosionar en el cielo los hermosos fuegos artificiales.

Esta vez todo el pueblo se extasió, empezó a reír y a bailar, dejó tras de si la tristeza.

El príncipe se sintió feliz por haber recuperado su don. Esta vez sí lo estaba haciendo bien, la magia surgía, él era feliz y estaba alegre porque su pueblo también lo era. Ahora sí que estaba cumpliendo plenamente su cometido.

La estrella brillaba cada vez más en ese punto medio del firmamento desde donde irradiaba en toda su plenitud. El príncipe contempló y comprendió en toda su extensión cual era su trabajo. Ella irradiaba para que la magia se realizara y era feliz al ver su luz convertida en fuegos de colores maravillosos. Él realizaba su magia, la expandía por doquier y todo su pueblo se sentía feliz, ¡¡¡feliz!!!

Ellos comprendieron. Los dos habían elegido trabajar juntos mucho antes de nacer, mucho antes de ser él Príncipe y ella Estrella.

Este trabajo consistía en hacer a la gente feliz, creando paz, armonía y alegría entorno suyo. Solo podían conseguirlo estando juntos, unidos desde esa luz del corazón y expandiendo cada uno su trabajo realizado a la perfección.

El fue el Príncipe Mágico que creó la dicha de su pueblo. Siendo recordado, siendo inmortalizado por su pueblo entre cuentos y leyendas…

Ella fue la Estrella que prestó su luz para que la magia se realizara.

Y fue feliz al dar su luz, sin pedir nada a cambio, solo irradiando…esa fue su misión junto al príncipe, contemplando su labor, sonriendo, abrazando, amando…

5 comentarios:

Marisela dijo...

Precioso tu cuento y más bonito todavía, el mensaje que transmite!!!!
Si todo el mundo se olvidara de ellos por un momento y mirara y escuchara a los que tiene a su alrededor, el mundo poco a poco conseguiría ser feliz. El misterio es dar y no conseguir.
Enhorabuena por esta cosa tan linda que nos has regalado.

Klover dijo...

¿Y quién ha dicho que los cuentos para niños no sean bonitos?

Laura Luna dijo...

Un precioso cuento para niños, me ha encantado :D Lo único que me "sobra" es el final, porque es demasiado explicativo, aunque claro, si es para niños, tal vez sea adecuado^^

¡Muy bien, lcvr!
Mun

Queralt dijo...

Muy bonito en cuento. Una idea muy tierna. Me ha gustado.
Quizás explicando demasido en algunos puntos pero claro, si está hecho pensando en qeu sea un cuento para niños, quizás deba ser así...

Mermelada de cerezas y muchos besos.

Queralt.

Pugliesino dijo...

Un cuento para niños y adultos. Escrito en la forma, diálogo y lenguaje de un cuento, algo que deberíamos, yo incluido por supuesto, prodigar más ya que somos cuentacuentos :), y que sin embargo tambien indica en una buena frase que a veces basta con mirar cerca y se puede llegar hasta las estrellas.
Muy bueno.
Un abrazo