domingo, septiembre 30, 2007

lagrimas de eternidad



Las lágrimas silenciosas se escurrieron veloces por sus mejillas, pensando en él y en lo mucho que le amaba. Y ya eran 7 años desde su partida, 7 años sin verlo, 7 años sin sentirlo. Lo único que tenia de él era sus últimas cartas, los últimos recuerdos, y una vieja foto que siempre cargaba consigo.

Lo extrañaba tanto, que esto parecía haberse vuelto un ritual de media noche. Un ritual que liberaba sus deseos, sus sueños, y sus ideas; dejándola desahogarse, descansar, y continuar en vida.

Había perdido su seguridad. Ahora solo mostraba su miedo, el temor a la obscuridad, a los problemas, a la sociedad, temiendo a los laberintos y rogándole a la luna por volverlo a ver un instante más.

Las estrellas la abrigaban en deseos. Pero ya era mucho tiempo así, el aire le empezaba hacer falta, los deseos empezaban a partir, mientras que los sueños expiraban. Ya solo era un capricho vivir, una obligación constante a ocupar espacio.

Y llego el tiempo, llego su turno y la luna le empezó a hablar…

- Como un beso prometido, tu alma es mi voz. Soy lo muerto y lo vivido. Soy la calma soy tu dios.

- ¡Hoy la vida lleve penas! Gotas de desesperación, mi lagrimas, son ríos, venas desangrándome el corazón.
Hoy mis lagrimase se quieren suicida luna mía, el aire les hace falta, acorrucando los deseos, muriendo en su piel. Han nacido secas, tienen sed. Mi llanto hoy se quiere morir.

- Si tus lágrimas se quieren suicidar, guárdalas pues vas a llorar. Llorarás océanos de paz.
Cierra los ojos y te llevare donde los sueños se tornan realidad. La vida duele, te curare. Duérmete y sueña, te acuna mi voz.
¡Duerme ya no hay dolor!

Y tocando su cabeza son su luz libero su dolor. La llevo a descansar por la eternidad junto a él, junto a su deseo, junto a su necesidad.

domingo, septiembre 16, 2007

La estrella y el príncipe



"Quiero que mi vida sea de esas que se inmortalizan en un libro”. De esas que se cuenta entre cuentos y leyendas, cuentos que los niños crean fantasías, un cuento que nunca se olvide. Ese era su sueño ese era su fin en la vida por eso deja te cuento su historia…



En un lejano reino, un príncipe cuyo don era la magia. Su misión como príncipe era transformar la vida de sus súbditos, creando con su magia, abundancia, alegría y felicidad en su reino.

Pero vivía aislado en un torreón del castillo, y desde allí, aunque veía a su pueblo lleno de tristeza, era incapaz de salir de la fortaleza y usar su magia.

Una noche, cuando más triste estaba pensando cómo podría utilizar su Don para ayudar a ser más feliz a su pueblo, se asomó a la ventana del torreón y vió a lo lejos una luz que brillaba en la oscuridad. Tanto brillaba, que el príncipe, curioso por naturaleza, le preguntó quien era, porqué estaba allí y qué estaba haciendo. La luz le contestó que era una estrella que se había desprendido del firmamento porque le habían encomendado una misión muy importante: alumbrar el camino de todos los que se dirigieran al castillo.

Ella al saber su destino preguntó:

-¿Qué debo hacer?

Y la respuesta que recibió fue:

-Nada, sólo has de estar ahí, solo tienes que brillar.

La estrella quería hacer muy bien su trabajo y le parecía que no era suficiente solo con brillar.

Así que cuando conoció al príncipe y unió su luz con la magia de él, empezaron a brotar fuegos artificiales. Eran tan bellos, tan llenos de color que los dos se extasiaron en la contemplación de aquello que, al unir sus respectivos dones, eran capaces de manifestar.

El príncipe creyó que por fin había encontrado lo que le faltaba para poder utilizar su Don y salir de la fortaleza.

La Estrella creyó que por fin su Luz tomaría forma.

Los dos se sintieron felices creyendo que finalmente se cumplirían sus sueños.

Pero…¡ay! extasiados como estaban en su propia contemplación, se olvidaron de la misión que individualmente tenían cada uno de ellos…

El príncipe se olvidó de su pueblo y la estrella fue perdiendo su luz:

Los caminantes a quienes tenía que alumbrar para encontrar el camino hacia el castillo, tropezaron unos con otros en la oscuridad.

No obstante el príncipe seguía pidiendo luz para ver su magia, pero la estrella agotada no podía darle más.

Entonces, otras estrellas del firmamento la llamaron y le pidieron que volviera a ocupar su sitio. Estaba perdiendo luz y no podía hacer bien su trabajo.

Ella no quería dejar al príncipe, ahora que éste había empezado a utilizar su Don…pero no podía ser, la obligaron a volver a su lugar en el cielo y ella, obediente y con el corazón roto, volvió a ocupar su hueco.

El príncipe, al encontrarse de nuevo en la oscuridad, se sintió muy triste, volvió a su torreón, odió a la estrella que un día le hizo descubrir su magia y la maldijo por dejarle en el más oscuro de los pozos.

Ahora era mucho peor porque sabía que podía utilizar su Don, pero sin la estrella, no sabía cómo hacerlo.

Empezó a buscar satélites, cometas, empezó a querer salir de la oscuridad, buscó de nuevo la luz fuera…pero no la encontraba.

Hasta que un buen día decidió asomarse de nuevo a la ventana de la torre.

Esta vez su mirada se dirigió hacia arriba, hacia el firmamento y…

¡oh sorpresa! Sus ojos se encontraron con los de su estrella que le sonreían con complicidad. Ella siempre estuvo ahí, pero él no quería mirarla.

Él le pidió que le explicara por qué se había marchado. Ella le contestó que en realidad nunca se fue, siempre estuvo a su lado.

Sorprendido, el príncipe le preguntó a la estrella por qué no la había visto hasta ahora.

Ella le contestó:

-Mira dentro de ti.

El príncipe agachó la cabeza enfocando la mirada al centro de su pecho, en el corazón.

¡Allí estaba ella, allí estaba la luz que creyó perdida!

Todo su ser se iluminó. Un rayo de luz salió de su corazón y se unió al de la estrella. Y ocurrió algo maravilloso: el príncipe ascendió por el rayo de luz al mismo tiempo que la estrella descendía de nuevo. En mitad del camino se encontraron sus corazones…entonces de nuevo empezaron a explosionar en el cielo los hermosos fuegos artificiales.

Esta vez todo el pueblo se extasió, empezó a reír y a bailar, dejó tras de si la tristeza.

El príncipe se sintió feliz por haber recuperado su don. Esta vez sí lo estaba haciendo bien, la magia surgía, él era feliz y estaba alegre porque su pueblo también lo era. Ahora sí que estaba cumpliendo plenamente su cometido.

La estrella brillaba cada vez más en ese punto medio del firmamento desde donde irradiaba en toda su plenitud. El príncipe contempló y comprendió en toda su extensión cual era su trabajo. Ella irradiaba para que la magia se realizara y era feliz al ver su luz convertida en fuegos de colores maravillosos. Él realizaba su magia, la expandía por doquier y todo su pueblo se sentía feliz, ¡¡¡feliz!!!

Ellos comprendieron. Los dos habían elegido trabajar juntos mucho antes de nacer, mucho antes de ser él Príncipe y ella Estrella.

Este trabajo consistía en hacer a la gente feliz, creando paz, armonía y alegría entorno suyo. Solo podían conseguirlo estando juntos, unidos desde esa luz del corazón y expandiendo cada uno su trabajo realizado a la perfección.

El fue el Príncipe Mágico que creó la dicha de su pueblo. Siendo recordado, siendo inmortalizado por su pueblo entre cuentos y leyendas…

Ella fue la Estrella que prestó su luz para que la magia se realizara.

Y fue feliz al dar su luz, sin pedir nada a cambio, solo irradiando…esa fue su misión junto al príncipe, contemplando su labor, sonriendo, abrazando, amando…

domingo, septiembre 09, 2007

Sangrando silencios...



“Se mordió los labios hasta que le sangraron los silencios.” Y era tan atormentador verla así. Tan perturbador y tan desconciliador no poder hacer nada. No se podía pensar, los extremos estaban en su mente y verla así solo dañaba sus sentidos.

Y él solo podía pensar en el fin; el fin del tiempo, el fin de la realidad, el fin de la felicidad, el fin de un nosotros. Los extremos sobraban, donde la insensatez desbordaba.

Conforme el tiempo pasaba, éste no ayudaba, solo perturbaba los sentido, estremecía la insensatez, llevándolo al borde de la locura, al borde de la ideas, al borde de su insensatez y perturbación.

El tiempo se llevaba la realidad, transformándola en miedos, tornando los sentidos en perturbación, la seguridad en inseguridad y el valor en muestras de sentimientos verdaderos.

Su silencio era la más triste conversación que haya tenido…

El la veía a los ojos, pudiendo observar sus silencios desbordando entre los labios, los gritos estremeciéndose en su mirada y su alma escurriéndose a través de sus mejillas. Sus pupilas dilatadas atravesaban los sentidos, mostrando las sales de su corazón secándose entre pensamientos. Los escalofríos no se hacían esperar, mientras su mirada irradiaba tristeza y dudas.

El tiempo corría fríamente, y él lo único que pudo hacer fue besarla; sintiendo como los silencios entre sus labios, el alma que escurría en sus mejillas, los gritos encerrados en su garganta desgastando todas sus fuerzas, consumiendo sus ideas.

…¿A quien le dolía más? ¿Quién era el que se desgastaba mas con todo esto?...

Y sus vidas se iban entre un beso, un beso que solo sellaba el silencio, pues ya no existía realidad donde el silencio no invadiera con sus fríos cegadores. En un beso se consumían sus sueños, mientras sus almas eran derramadas entre sus pupilas, viviendo sus últimos instantes entre sus mejillas, muriendo entre sus labios, y desgarrando sus vidas llevándolos a su muerte…

Y el silencio los había llevado a su condena, los llevaba a inmortalizar su tiempo como 2 estatuas del silencio que desbordarían sentidos, sin sentir, sin expresar, sin morir….

sábado, septiembre 01, 2007

Tu Belleza Particular!



"La belleza era su mayor bendición, pero también su maldición" Una maldición que la se cegaba de se verdadero valor. Ella se veía constantemente en el espejo, menos preciando su mirada, su sonrisa, y cada facción fácil. Rechazaba su cuerpo, su sencillez y sus particularidades que tenia presente.

Compararse con la gente de alrededor solo la dañaba más, ella buscan en si ojos provocativos, labios rojo y una nariz fina y respingada, como si el retrato que buscaba en ella fuera el de la belleza perfecta.

...y todo tiene su orden en el desorden. Mientras ella se miraba en el espejo, había quien no dejaba de pensar en esa mirada inocente que resaltaba por sus ojos de brillo especial; que detrás de cada mirada dejaban ver su forma de sentir, resaltando su inocencia, y su belleza particular; su labios de simetría perfecta que lo perturbaban entre cada beso haciendo lo sentir como nada inexistente en el mundo, mientras que su sonrisa era siempre la mejor droga en el mundo para el…

Estando juntos él solo podía contemplar su belleza sin hallar las palabras exactas, era tanto lo que él admiraba de ella, era tanta la belleza en particular, que su pensamiento solo se traba al imaginarlo. El la podía mirar a los ojos, mientras ella se rechazaba, era tan cruel, el podía sentir su inseguridad y su delicadez. Pero no encontraba palabras para hacerle notar tan particularidad en su generalidad…

Y es que su particularidad tenia esencia que comulgaba en generalidad, era magnifico, diferente subrayando sus virtudes por encima de la multitud, su particularidad tenia un don, un don que lo enlazaba a ella y sus valores. Su particularidad era la que le daba a él ganas de seguir viviendo…

Él solo quería que ella notara que si no fuera bella en particular él no tendría razones para estar con ella. Tanta frustración, tanta inseguridad de no saber que decir en sus momentos de delicadez. Nada tomaba forma si él no hallaba palabras.

Y esta frente a ella, el tiempo se quebraba en particularidades, parecía que el reloj de arena se había detenido, posando las miradas en ella. De nuevo pudo admirar toda particularidad con sencillez, particularidades que cualquiera podía ver si lo quisiera, particularidades que la hacían un ser maravilloso; y era una bendición para ella y el mundo su belleza innata, y al mismo tiempo una maldición que ella no lo notase. Y no quería contener sus palabras, pero tenia miedo a fallar, miedo que ella lo tomara como un cumplido y no una realidad. Entonces la tomo de la mano, la llevo a lo más alto del tejado, y le quiso mostrar cada detalle en el cielo.

Era una noche fresca con el cielo despejado perfecto para observarlo mientras la luna llena se hacia presente a lo alto del horizonte.

Él le mostró lo particular que había en el cielo, explicándole lo particular que tenia enfrente. Mientras que la luna llena deslumbraba, ninguna estrella estaba en un sitio común, todas formaban parte esencial en el cielo que lo hacía lucir bello, la belleza del cielo era por las estrellas, ellas le daban la particularidad a la noche, todas queriendo brillar tanto como la luna. Pero la luna no era una generalidad en común, la luna era la del destello único que cada estrella busca tener.

Ella había entendido el mensaje; ella era luna en la vida de el, mostrando un brillo en particular cada noche, adornándose de bellos brillos particulares que ella producía en cada accion, todo conformando la bella esencia que el admiraba y contemplaba como las noches…

Ella lo abrazo fuertemente, mientras tanto él no sabia lo que en su mente pasaba, y así pudo haber terminado la noche, pues él aun no inventaba palabras para describir la belleza de con quien estaba en ese instante particular…


...




Esta no es mi mejor historia, ni expresa las cosas como yo quisiera, pero quisiera darle a saber a alguien que al igual que en la historia "quisiera que ELLA notara que si no fuera bella en particular él no tendría razones para estar con ella." Formas parte de mi y de mi particularidad, y conformas parte importante de mi dia a dia, y quisiera que nunca cambiaras.

Cerebro! por lo bella que eres y por todo lo que hemos compartido! Tienes una forma innata de ser y particular de ver las cosas, solo puedo decir que...
TE AMO!!...