domingo, octubre 04, 2009

El principe y el mago

Erase una vez un joven príncipe que creía en todo, excepto en tres cosas. No creía en las princesas, no creía en las islas y no creía en dios. Su padre, el rey, le había dicho que esas cosas no existían.

un día, el príncipe se escapó de su castillo y partió hacia el país vecino. Allí, ante su sorpresa, desde la orilla en la que se encontraba vio islas, y sobre ellas, extrañas y turbadoras criaturas que no sabia como calificar. Mientras buscaba una barca por la playa, se le acerco un hombre vestido con una amplia túnica.

- ¿Son reales esas islas? - pregunto el joven príncipe.
- Por supuesto que son reales - respondió el hombre de la túnica
- ¿y esas extrañas y turbadoras criaturas? -
- Son todas autenticas princesas, también reales. -
- Entonces, ¡También dios debe de existir! - exclamo el joven príncipe
- Yo soy dios - replico el hombre de la túnica, inclinándose para saludar.

El joven volvió al castillo tan rápido como pudo.
- Así,¿ya has regresado? - dice su padre, el rey.
- He visto islas, he visto princesas, he visto a dios - le dice el príncipe con un tono lleno de reproche.
El rey permance impasible.
- No hay islas reales, tampoco princesas ni un dios verdadero. -
- Yo los he visto. -
- Dime como iba vestido dios -
- Usaba una amplia túnica -
- ¿La llevaba arremangada? -
El príncipe recuerda que así era. El rey le sonríe.
- Así visten los magos - te han engañado

Con estas palabras el príncipe vuelve a partir al país vecino, regresa a la misma playa y encuentra al hombre de la túnica.
- Mi padre el rey me ha contado quien eres - dice el príncipe indignado -,Me engañaste la primera vez, pero no lo volverás a conseguir. Ahora se que esas islas que se ven no son reales, ni tampoco las princesas, porque usted es un mago.
El hombre de la playa le sonríe
- Es tu padre quien te ha engañado, muchacho. En el reino de tu padre hay numerosas islas y princesas, pero estas bajo el influjo de un sortilegio que te ha hecho, y no puedas verlas.-

Pensativo, regresa al castillo. Cuando ve a su padre le mira a los ojos.
- Padre, ¿es cierto que no es usted un verdadero rey, solamente un mago?
El rey sonríe y se sube las mangas.
- Sí, hijo mío, no soy mas que un mago. -
- Entonces ¡el hombre de la otra orilla era dios! -
- El hombre de la otra orilla era otro mago -
- Tengo que saber la verdad, la verdad que se esconde tras la magia. -
- No hay verdad mas allá de la magia -
-Quiero morir - dice el príncipe, lleno de tristeza.
Usando la magia, el rey hace aparecer a la muerte. Esta se detiene en el umbral de la puerta y hace una seña al príncipe. El príncipe siente un escalofrío.

Recuerda aquellas islas magnificas aunque irreales, y aquellas princesas, posiblemente irreales pero maravillosas.
- Muy bien - dice - creo que he aprendido la lección -
- Ves, hijo mio - dice el rey - ahora tu también te estas convirtiendo en un mago.-